El Hospital Beata María Ana elabora una guía básica sobre nutrición para promocionar un estilo de vida saludable

Con motivo del Día Mundial de la Nutrición, que se celebra el 28 de mayo, la doctora Loredana Arhip, Dietista-Nutricionista de la Unidad de Cirugía Endocrinometabólica Especializada (UCEME) del Hospital Beata María Ana, ha elaborado una guía que reúne los conceptos básicos relacionados con la nutrición, así como una serie de consejos destinados a mejorar nuestros estilo de vida y nuestra alimentación y, por extensión, nuestro estado de salud.

Dra. Loredana Arhip, Dietista-Nutricionista de la Unidad de Cirugía Endocrinometabólica Especializada (UCEME) del Hospital Beata María Ana, Madrid.

“Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina”. Hipócrates

El Día Mundial de la Nutrición se celebra todos los años el 28 de mayo. Con el fin de contribuir a la divulgación de conceptos básicos de nutrición y dietética y promocionar un estilo de vida saludable, el equipo de la Unidad de Cirugía Endocrinometabólica Especializada (UCEME) del Hospital Beata María Ana ha elaborado la siguiente guía:

Conceptos

La nutrición se define como el conjunto de procesos fisiológicos por los cuales el organismo recibe, transforma y utiliza las sustancias químicas contenidas en los alimentos a través de procesos corporales como la digestión, la absorción y el transporte de los nutrientes hasta los tejidos. Es un proceso involuntario e inconsciente.

La dietética estudia la forma de proporcionar a cada persona o grupo de personas los alimentos necesarios para un estado nutricional y un desarrollo óptimos, según su situación fisiológica y sus circunstancias. Interpreta y aplica los principios y conocimientos científicos de la nutrición en el ser humano. Consiste por tanto en la planificación de dietas personalizadas, adaptadas a las necesidades características de cada individuo, con calidad nutricional, palatables y sostenibles para promover la salud y prevenir o tratar la enfermedad. Tiene en cuenta el contexto sociocultural, los gustos y las costumbres. La base de la dietética la forman los alimentos y sus combinaciones.

La dieta se define como el conjunto de alimentos y bebidas que se consumen habitualmente. Frecuentemente se utiliza la frase “estar a dieta” como sinónimo de “régimen de adelgazamiento”.
En una persona enferma hablamos de “dietoterapia” y es la parte de la dietética que analiza las modificaciones cualitativas y/o cuantitativas que debe sufrir la alimentación para cubrir las necesidades de un individuo cuando este sufre una patología determinada (aguda o crónica).

Los hábitos alimentarios son comportamientos conscientes, colectivos y repetitivos, que conducen a las personas a seleccionar, consumir y utilizar determinados alimentos o dietas, en respuesta a unas influencias sociales y culturales.

Nutrición como prevención y tratamiento de enfermedades no transmisibles

En los países desarrollados, son muy prevalentes las enfermedades no transmisibles (ENT) (enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes mellitus, y algunos tipos de cáncer, etc.) en las que además de factores genéticos, ambientales y relacionados con el estilo de vida, la dieta desempeña un papel fundamental. Entre un tercio y la mitad de los factores relacionados con las ENT son factores dietéticos. Lo esperanzador, es que a diferencia de lo que ocurre con otros factores (genéticos, ambientales, etc.), la dieta se puede modificar para prevenir y tratar estas enfermedades. La elección más importante que una persona puede hacer para influir en su salud (aparte de otros cambios en el estilo de vida como dejar de fumar, aumentar la actividad física, etc.) es adoptar una dieta óptima.

En primer lugar, la dieta óptima debe ser nutricionalmente equilibrada (además de ser sana, segura y garantizar la inocuidad de los alimentos), es decir, deben estar presentes en ella la energía y los nutrientes en calidad y cantidad adecuadas y suficientes para cubrir las necesidades nutricionales de cada persona y evitar deficiencias. Esto se puede conseguir eligiendo una dieta variada que incluya alimentos de diferentes grupos de alimentos (frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres, carne, pescados, huevo, lácteos, aceites, etc.).
Es importante mencionar que no existe ningún alimento completo del que sea posible alimentarse exclusivamente, ya que ninguno aporta todos los nutrientes necesarios para un adulto. Hay que considerar la dieta en su conjunto, como un todo, sin tratar de aislar los alimentos y sus componentes y teniendo en cuenta las interacciones positivas y negativas entre ellos.

En segundo lugar, en la dieta debe haber un balance adecuado entre los alimentos para que no haya un consumo de excesivo de algunos y deficiente de otros. Este concepto nos remite a una de las frases más conocidas del Prof. Francisco Grande Covián: “La buena alimentación consiste en comer de todo en plato de postre.” Mantener la moderación en las cantidades consumidas para mantener un peso adecuado y evitar la obesidad es un gran reto en la actualidad.

En tercer lugar, dos aspectos muy importantes que la dieta debe cumplir es que sea palatable, es decir que apetezca comerla, que este bien elaborada y tenga buena presentación culinaria y gastronómica y que incluye alimentos a los que uno está acostumbrado comer.
Por último, la dieta también tiene que ser flexible y de carácter práctico para garantizar su aceptación y debe tener en cuenta la sostenibilidad y el consumo responsable.
Un ejemplo de una dieta que cumple todos estos objetivos es la dieta mediterránea. Además de ser sana, nutritiva y palatable, ayuda a prevenir las ENT y se relaciona con mayor esperanza y calidad de vida. La dieta mediterránea tradicional se caracteriza por la abundancia de fruta fresca, verduras y hortalizas, cereales y legumbres, aceite de oliva, pescado, un consumo moderado de lácteos y un bajo consumo de carnes.

Recomendaciones para consumir una dieta óptima y llevar un estilo de vida saludable:

  • Disfrutar con la comida.
  • Consumir una dieta variada en cantidades moderadas.
  • Realizar entre 3-5 comidas diarias, incluyendo el desayuno.
  • Consumir preferentemente alimentos frescos, de temporada y mínimamente procesados.
  • Aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal: frutas, verduras y hortalizas cereales, principalmente integrales y legumbres.
  • Incluir pescado en la dieta, tanto blancos como pescados grasos: salmón, atún, caballa, etc.
  • Moderar el consumo de carnes y derivados grasos.
  • Usar preferentemente aceite de oliva tanto para la cocción como para los aderezos.
  • Limitar el consumo de sal y de alimentos que la contienen.
  • Moderar el consumo de azúcar y alimentos que lo contienen.
  • Mantener un peso estable y dentro de los límites aconsejados (índice de masa corporal [IMC]=18,5‐24,9 kg/m2). Evitar ganar más de 5 kg durante la edad adulta.
  • Beber aprox. 2 L/día de agua.
  • Realizar diariamente al menos 30 minutos de ejercicio físico de intensidad moderada y controlar el tiempo dedicado a actividades sedentarias.
  • Evitar el uso y la exposición al tabaco.

En definitiva, es importante consumir una dieta saludable basada principalmente en alimentos de origen vegetal (frutas, verduras y hortalizas cereales, principalmente integrales y legumbres), en cantidades moderadas para mantener un peso estable y dentro de los limites aconsejados y realizar diariamente ejercicio físico.

Enlaces de interés:

http://www.endocrinologia-madrid.com/
https://www.youtube.com/channel/UC4wgblHW4qZuRdQO1wRfUXA?view_as=subscriber

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