¿Desde cuándo ocupas la dirección de enfermería del hospital?
R: Accedí al cargo en el mes de junio del año 2018.
P: Tienes en el hospital una trayectoria de más de 20 años: comenzaste como enfermera, has pasado por la coordinación, y ahora estás en la dirección. ¿Puede decirse que tu caso es un ejemplo de promoción interna?
R: Así lo vemos desde el hospital. Empecé a trabajar en el año 1999. En el hospital necesitaban enfermeros con una trayectoria laboral similar a la que yo tenía en ese momento. Me seleccionaron y aquí sigo desde entonces. Mis primeros pasos en la institución se desarrollaron como enfermera de planta durante durante unos diez años. Posteriormente me ofrecieron la coordinación de enfermería de la unidad de Daño Cerebral, donde estuve un año e hice un inciso en mi carrera para tener a mis hijos. Cuando me incorporé de nuevo, me propusieron para ocupar un puesto como supervisor del área quirúrgica y UCI, en el que estuve haciendo inicialmente funciones asistenciales y posteriormente funciones de supervisión. Era un área que quería explorar, hasta entonces no había tenido oportunidad. Tengo que decir que tras diez años allí, tuve la gran suerte de rodearme de grandes profesionales (personal dependiente de dirección de enfermería, médico y personal de servicios generales) con una larga experiencia que me enseñaron gran parte de lo que hoy sé y aprovecho esta entrevista para agradecerles a todos ellos el tiempo compartido y el trabajo desarrollado. Poco a poco me fui introduciendo en el mundo de la gestión, que me ha embaucado. Tras quedar vacante el puesto de dirección de enfermería en mayo del año pasado, el hospital decidió abrir proceso de selección para el acceso por promoción interna a la plaza de la dirección de enfermería, a la que decidí presentarme, y aquí estoy.
P: Con la perspectiva de todos estos años trabajando en la institución ¿Qué dirías que te ha aportado humana y profesionalmente el Hospital Beata María Ana?
R: Hospital Beata María Ana me ha aportado algo que el resto de hospitales por los que pase al terminar la carrera no me aportaron. Es cierto que en esta profesión siempre se respira humanidad, si no fuera así este trabajo no tendría sentido, pero la acogida, los valores, y el preocuparse por cada uno de nosotros es algo que solamente he vivido aquí. De hecho, cuando llegué al hospital yo tenía una plaza temporal en un centro público, pero decidí quedarme aquí porque buscaba un entorno acogedor donde desarrollar mi carrera profesional, estabilidad y lo más importante, una institución donde se valore a las personas. A veces en centros grandes sientes que eres uno más, te respetan, por supuesto, pero siendo uno más. La acogida de este hospital es algo que siempre he destacado y es que al final, es lo que define a esta congregación: la hospitalidad.
Profesionalmente he tenido la gran oportunidad de conocer las distintas perspectivas de la enfermería y sus dificultades. He tenido el privilegio de aprender con un gran número de personas profesionalmente excelentes y con gran calidad humana, profesionales del hospital, hermanas y las personas que forman todo el equipo de supervisión, coordinación y de las que tengo ahora el privilegio de contar con ellos como integrantes del equipo de dirección. Hemos conseguido crear un equipo de trabajo unido y dirigido a un objetivo común, donde el apoyo de cada uno de nosotros en todas las situaciones necesarias siempre ha sido y es la característica más destacada. Conseguir eso no siempre es fácil porque el número de incidencias diarias es elevado. Para mí es importante llegar a este puesto habiendo iniciado mi andadura como enfermera, y posteriormente como mando intermedio, ya que, de esta forma, se entienden mejor todas las situaciones que día a día nos encontramos y nos plantean los profesionales. Esa perspectiva vivida de forma personal, nos ayuda al equipo de coordinación y supervisión a buscar las mejores soluciones.
P: ¿Cuáles son las funciones de una dirección de enfermería?
R: La dirección de enfermería en nuestro caso asume también el área de admisión del hospital, lo que hace que el puesto sea muy enriquecedor, ya que proporciona una visión global que abarca desde que el paciente ingresa en el hospital y hasta que es dado de alta. Este hecho de acogida del paciente desde su entrada, durante el proceso de recuperación hasta el alta, nos ayuda a tener una visión global del paciente pudiéndole ofrecer una atención integral en todos sus ámbitos.
La función de la dirección de enfermería es conseguir que todos los profesionales que forman parte de ella trabajemos firmes y de forma coordinada para atender todas las necesidades del paciente y la familia. Dentro de estas funciones considero importante garantizar a los profesionales un entorno de trabajo enriquecedor, donde el trabajo en equipo sea una prioridad, con un plan de formación planificado y acorde a las necesidades detectadas y donde el profesional pueda hacernos llegar iniciativas y propuestas, ya que es el que se encuentra 24h con el enfermo y observa minuto a minuto que es aquello en lo que podemos mejorar.
P: ¿Cuál son las competencias de la enfermería en la sanidad?
R: Las competencias enfermeras son muy amplias, nuestra obligación con el paciente es ofrecer cuidados de calidad abalados por evidencia científica, prevención, promoción de la salud, docencia, investigación. Todas estas funciones deben ir acompañadas de personalización en la atención, trato excelente, respeto, escucha activa, comunicación adaptada a cada persona, incluir en la toma de decisiones opiniones de los pacientes, fomentando así el principio de autonomía.
P: ¿Crees que vuestra profesión tiene el reconocimiento necesario por parte de la sociedad, a la altura de la gran labor que hacéis?
R: Sinceramente creo que queda camino por recorrer. Cada vez se reconoce más nuestra labor, pero todavía hay un gran número de personas que no conoce a fondo el trabajo que desarrollamos en todos los campos y la importancia del mismo hasta que no vive una situación de enfermedad propia o de algún familiar. De forma mensual las direcciones analizamos las sugerencias y felicitaciones de los pacientes y es muy reconfortante ver como crecen los agradecimientos sinceros y humanos que nos dejan los pacientes. Al fin y al cabo, la enfermería es como el corazón de la institución, que nunca se para. Está 24 horas con el paciente. En ocasiones, simplemente en silencio con él, mirándole a los ojos cuando necesita un apoyo o alguien a su lado… Estar en los momentos de sufrimiento no es una labor fácil, pero nosotros estamos ahí. Aún así, nos queda mucho camino por recorrer para todavía hacernos más visibles.
P: ¿Cuántos profesionales componen actualmente el departamento de enfermería del hospital?
R: El departamento de dirección de enfermería de Hospital Beata María Ana, en el que trabajan enfermeros, auxiliares de enfermería, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, logopedas, técnicos de rayos, todo el personal de admisión y los técnicos en documentación, engloba a un total de 280 personas.
P: ¿Es el campo de la enfermería el que sufre más rotación?
R: Sin duda. Estamos viviendo momentos difíciles. Los hospitales públicos tienen un gran tirón entre los profesionales. Esta situación hace que tengamos rotación. Cada vez es más compleja la selección de personal y, sobre todo, la retención del talento. Por ese motivo, intentamos impregnar a los profesionales de los valores que caracterizan a nuestra institución como nota diferenciadora.
P: ¿Qué cree que se puede hacer para retener ese talento?
R: Creo que nosotros podemos hacer mucho. En Hospital Beata María Ana elaboramos hace unos años un plan de selección de personal basado en los valores humanos y personales que nos dio buen resultado. Y es que cualquier persona que entre en esta institución va a respirar valores distintos, y si no los respira lo suficiente, tendremos que trabajar más en ello. Actualmente nos encontramos en una sociedad muy tecnológica, que ha cambiado, y en la que nos es difícil poder transmitir estos valores, pero trabajamos para conseguirlo. Cuando reforzamos la esfera de los valores desde que la persona empieza con nosotros y le decimos que somos una institución principalmente humana, que tiene que caracterizarse por el valor personal, aparte del profesional, los resultados han sido muy buenos. Otra forma que tenemos de fomentar estos valores entre los trabajadores consiste en celebrar reuniones periódicas de profundización por las que intentamos pasen todos los colaboradores, para que conozcan nuestra institución, quienes han sido sus fundadores, cual ha sido su historia y cual es nuestro papel actual. Consideramos muy importante transmitir al personal que todos somos un eslabón más de esta cadena que hace muchos años los fundadores iniciaron y la labor de todos y cada uno de nosotros es fundamental para darle continuidad.
P: Si tuvieses que intentar seducir con pocas palabras a ese enfermero o enfermera que empieza su carrera para que se venga a trabajar aquí, ¿qué les dirías?
R: A nivel profesional les recomendaría nuestro centro para desarrollar su actividad profesional, ya que apostamos por la innovación, excelencia y mejora continua. Es un centro privado referente en la comunidad de Madrid y avalado por una amplia cartera de compañías aseguradoras y profesionales. Les diría que como en cualquier otro centro de trabajo nos encontraremos con dificultades, retos, situaciones que tendremos que mejorar, pero aquí, van a encontrar su segunda casa.
Dentro de nuestras posibilidades siempre intentamos ayudar a quien está con nosotros. También les diría que, si su forma de ser no está muy acorde con estos principios, quizá no tenga mucho sentido trabajar con nosotros, porque igual que le damos mucha importancia a la profesionalidad y la capacidad técnica, creemos que es imprescindible el valor humano, ya que con éste aprendes lo que sea necesario. Esa combinación de la técnica pionera junto con la parte humana, es lo que creo, nos hace diferentes.
P: ¿Cuáles son las cualidades que debe tener una persona para trabajar en el campo de la enfermería y, en concreto, para hacerlo en una institución como Hospital Beata María Ana?
R: Creo que lo que engloba todas las cualidades es la humanidad. Cualquier persona que quiera trabajar en el campo de la enfermería y en nuestro centro debe valorar al ser humano y la familia dentro su perspectiva global. A veces no es necesario una gran conversación; a veces solamente es necesario escuchar. Las personas más necesitadas vienen aquí con necesidad de ser escuchadas y que alguien les tienda la mano y les mire a los ojos, porque esto a veces no es tan fácil de encontrar. Necesitamos a personas dispuestas, con ganas, con una capacidad humana y técnica importante. Hay algo que es imprescindible traer todos los días….una sonrisa. La sonrisa es un bálsamo en muchas situaciones.
P: Si esa parte humana no es innata ¿se puede trabajar?
R: Yo creo que sí. De momento, la persona que quiere hacer este tipo de carreras, sabiendo que va a tener que estar siempre al lado del que sufre, tiene que tener el don de la humanidad. Luego, puedes ser más empático o no. La empatía es una característica fundamental para trabajar en todos los hospitales, pero yo creo que se puede mejorar. Hay personas a las que quizás le cuesta más sonreír, pero quizás tienen otro valor añadido. Y al final se trata de eso: de complementarnos como personas, y si hay un aspecto del que se es más carente, reforzarlo y trabajarlo.
P: ¿Dais mucha importancia a la formación? ¿Qué número de cursos organizáis al año?
R: La formación interna es primordial para estar al día respecto a las nuevas técnicas y para que los procedimientos se realicen acorde a las nuevas investigaciones. Tenemos un plan de formación anual. Este año se han incluido 31 cursos presenciales. Por otro lado tenemos la plataforma muddle para realización de cursos on line. Contamos también con formación externa que los profesionales pueden solicitarnos para valorar su idoneidad en base al área de trabajo y también complementamos la formación con la asistencia a cursos y congresos externos.
P: Y de cara a la formación ¿se tiene en cuenta ese aspecto más humano, de empatía, comunicación y relación con el paciente?
R: Desde luego. Sin ir más lejos, este año estamos haciendo un curso bimensual dirigido prácticamente a todo el personal del hospital, que está orientado a la formación en comunicación. Creemos que es muy importante lo que transmitimos, pero sobre todo cómo lo transmitimos. Así, en este curso analizamos la forma de comunicarnos con el paciente y sus familiares, cómo debemos reaccionar ante situaciones difíciles, y cómo ser capaces de transmitir al paciente todo lo necesario para que éste salga del hospital con el sentimiento de que haber visto satisfechas todas sus necesidades.
P: En relación con la comunicación y la empatía ¿se aprecia alguna diferencia entre los profesionales jóvenes y los mayores?
R: Hoy en día la sensibilidad que se percibe es diferente y es un tema que tenemos sobre la mesa. La comunicación ha cambiado, vivimos en una era digital donde cada vez observamos que cuesta más mantener la mirada con la persona que tienes enfrente. La empatía no entiende de mensajes de whats app, necesita mirada comprensiva, paciente, escucha activa. Esto es lo que posiblemente pueda marcar una ligera diferencia. Creo que es un problema que se está haciendo extensivo a todas las generaciones y no hay que perderlo de vista.
P: ¿Existe alguna iniciativa pionera en el seno del departamento de enfermería?
R: Tenemos muchos proyectos sobre la mesa, pero quizá hay uno que más nos preocupa y sobre el que queremos trabajar y es darle más visibilidad a nivel social al cuidado que se lleva a cabo en las unidades de cuidados paliativos.
El gran trabajo que se desarrolla en estas unidades con los pacientes en la etapa final de su vida no se conoce lo suficiente por los ciudadanos y en muchos casos la percepción del mismo es errónea.