El Dr. Federico Lombera Romero, cardiólogo del Hospital Beata María Ana, ofrece en este artículo las claves para anticiparse y tratar una enfermedad que afecta ya a cuatro de cada 10 españoles mayores de 18 años y cuya incidencia ha aumentado un 75% en las dos últimas décadas.
Desde hace muchos años los Médicos, las Sociedades Científicas y todas las organizaciones de la salud insisten en las campañas de sensibilización e información, resaltando la importancia de la Hipertensión Arterial (HTA) en la salud de los Ciudadanos. A pesar de los avances logrados no solo en una mejor estrategia terapéutica y en la información y formación de pacientes y sanitarios, persiste un amplio margen de mejora principalmente en lo más básico, que es en la detección y en el tratamiento precoz, que engloba además al grupo de hipertensos poblacionalmente mayor y que se puede beneficiar más de ese diagnóstico precoz y de la implementación de medidas no farmacológicas para el control de la tensión arterial.
En general, en la enfermedad se busca la ayuda del médico cuando tenemos algún síntoma. El problema es que la HTA no produce síntomas durante un largo periodo de tiempo (llamada “el asesino silencioso”) y “mal vamos” si como ciudadanos pretendemos acudir al médico cuando la HTA produce síntomas, que ocurre en fases avanzadas de la enfermedad cuando ya hay afectación orgánica. En esta fase también se pueden tratar las “cifras de TA”, pero es más complicado y más difícil “solucionar” la afectación de órganos fundamentales de nuestro organismo como es el corazón, cerebro, riñón, aorta, circulación periférica, visión etc.
La HTA puede detectarse a cualquier edad, pero es bueno saber que aumenta con la edad siendo más frecuente a partir de los 40-50 años. Por lo tanto ante la pregunta qué debo hacer y cuándo, la respuesta es sencilla: Debo tomarme la tensión arterial en cualquier reconocimiento de salud especialmente, a partir de los 40 años.
Además, hay algunas circunstancias que nos obligan a ser más minuciosos y menos “olvidadizos. La existencia de antecedentes familiares de HTA aumenta la probabilidad de ser hipertensos; la existencia de patologías asociadas como la diabetes, patologías cardiovasculares (Cardiopatía Isquemica, enfermedades cerebrovasculares, patología vascular periférica), insuficiencia renal, la coexistencia en el paciente de otros factores de riesgo cardiovascular como elevación de colesterol, diabetes, tabaquismo, obesidad o sedentarismo aumenta el riesgo cardiovascular y empeora el pronóstico de los pacientes.
¿Cuándo preocuparme?
Más que preocuparme me gustaría cambiarlo por “responsabilizarme”. La HTA es una carrera de fondo, no una carrera de 100 metros. El éxito está en el diagnostico precoz y nuestro objetivo será el control de la TA que permitirá una mejor evolución en el tiempo consiguiendo limitar-retrasar la aparición de los daños orgánicos que pueden aparecer en una evolución no controlada de la HTA con el paso de los años.
En los pacientes con fases más avanzadas de la enfermedad con afectación orgánica, como hemos mencionado anteriormente, tienen una amplia gama de tratamientos para lograr el control de la TA y la protección de los órganos afectados, aunque estas situaciones son las que debemos disminuir o al menos retrasar su aparición y severidad.
¿Que cifras de tensión arterial son normales?
Con el paso de los años las tablas de “normalidad” son cada vez más “exigentes” disminuyendo el umbral y apareciendo conceptos como la TA normal alta. Para la población general sin afectación orgánica ni enfermedades asociadas podíamos establecer como normal cifras de Tensión Arterial Sistólica (TAS) entre 129-120mmHg y Diastólica (TAD) de 84-80mmHg; Tensión Arterial Normal alta serían cifras de TAS 139-130 mmHg y TAD 84-80mmHg.
Un aspecto muy importante es cómo medir la TA, habitualmente con un esfigmomanómetro (los que se utilizan normalmente en las consultas o se venden en la farmacias) o utilizando un Holter de TA en casos más especiales.
Por una sola toma aislada de TA no se debe establecer el diagnostico de Hipertensión Arterial, siendo muy importante que los médicos tengan un protocolo de determinación de tensión arterial para establecer el diagnóstico de la hipertensión. Unas recomendaciones básicas para tomar la TA son las siguientes: La TA se debe tomar en una sala con tranquilidad sin ruidos; con 5 minutos de reposo previo, relajado; no se debe tomar después de ejercicio; no fumar, comer o beber al menos en los 30 minutos previos; sin ropa que oprima el brazo; sin hablar durante la medición, y procurando la colocación correcta del manguito en el brazo a la altura del corazón.
Por lo tanto las medidas más importantes desde un punto de vista poblacional en la lucha contra la Hipertensión Arterial son el diagnóstico precoz, el control y tratamiento de la TA con medidas inicialmente no farmacológicas como la restricción de sal, “suprimiendo el salero en la mesa”, restricción de sal en la elaboración de los alimentos y en productos con sal, eliminación de grasas saturadas y trans, limitación en la ingesta calórica buscando el peso ideal junto al aumento de la actividad física, recomendándose unos 150 minutos semanales de marcha o carrera y, finalmente, la utilización de fármacos si las anteriores medidas no son suficientes. No olvidar que es una carrera de fondo a largo plazo, la constancia es fundamental .
Dr. Federico Lombera Romero
Cardiólogo