¿Qué es la polisomnografía? Así se hace la prueba para medir la calidad del sueño

Con motivo del Día Mundial del Sueño, el doctor Gonzalez Sánchez-Ferro, neurofisiólogo del Hospital Beata María Ana, explica cómo se estudia el sueño y cuáles son las herramientas que tienen los médicos para diagnosticar los problemas relacionados con el dormir

 En España, el 75% de los ciudadanos reconoce que se despierta al menos una vez durante la noche, y el 58% afirma que duerme mal. Los problemas derivados del sueño tienen una afectación importante en el desarrollo psíquico y físico de las personas. Por ello, diagnosticar de manera educada las patologías relacionadas con el dormir es fundamental para el buen desarrollo de los pacientes.

Con este propósito, los médicos especialistas en el sueño realizan una prueba específica que se llama polisomnografía. Se trata de una prueba incruenta que registra diferentes parámetros biológicos durante una noche de ingreso hospitalario. El test no requiere una preparación previa por parte del paciente, pudiendo realizar vida normal en los días anteriores y posteriores a la prueba. Tan solo será necesario no aplicar ningún tipo de crema hidrante en el cuerpo en la víspera del ingreso.

Durante el desarrollo de la polisomnografía, los parámetros que se miden son las ondas cerebrales, que sirven para ver las fases NREM y REM del sueño; los movimientos oculares; el ritmo cardiaco del paciente y el nivel de oxigeno en sangre, y el patrón respiratorio, a través del cual se pueden detectar las apneas e hipoapneas y el origen de las mismas; es decir, si son de origen central o si son obstructivas o mixtas.

Otros datos que se recopilan durante la noche son la posición del cuerpo, los movimientos de las piernas y los ronquidos del paciente.

Entre las patologías más habituales que se pueden diagnosticar con la polisomnografía, se encuentran la apnea del sueño y sus tipos; la narcolepsia; el insomnio; la somnolencia diurna; el sonambulismo; los terrores nocturnos; el síndrome de piernas inquietas y la epilepsia.

Esta prueba diagnóstica se realiza tanto en niños como en adultos, y con los datos que se obtienen de estos registros se realiza un análisis de la arquitectura del sueño del paciente que, tras analizarlo, evidencia la existencia de enfermedades orgánicas.

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