Alteraciones visoperceptivas y visoespaciales en daño cerebral (I)

¿Cómo ve nuestro cerebro?

David de Noreña
Neuropsícólogo
UDC Hospital Beata María Ana

Se cree que más de un 50% de la superficie de la corteza cerebral se dedica, de un modo u otro, al procesamiento de la visión. Es decir, los seres humanos somos fundamentalmente seres visuales. La visión nos permite actuar adaptativamente en nuestro entorno en un permanente ciclo percepción-acción: por una parte, nos permite identificar qué objetos o personas son significativas para nosotros, a qué aproximarnos, de qué alejarnos, cómo navegar en el espacio que nos rodea, cómo usar los objetos que tenemos a nuestro alcance. Pero, por otra parte, la acción determina lo que percibimos. Cuando escuchamos un ruido inesperado, orientamos nuestra cabeza y nuestros ojos hacia la fuente de sonido para determinar de qué se trata, ignorando o atenuando todos los demás estímulos que se proyectan en nuestra retina. Por otra parte, los niños pequeños enriquecen su mundo visual alcanzando, agarrando y manipulando los objetos a su alrededor. Debemos tener en cuenta, además, que la percepción es un proceso complejo, resultante de la combinación entre sensación (la conversión de estímulos externos en impulsos nerviosos) y la experiencia. Tendemos a reconocer patrones familiares que puedan ser relevantes para nosotros, incluso cuando la información sensorial es incompleta: una sombra entre los arbustos en una excursión por la montaña puede ser un animal agazapado, o podemos ver caras en las nubes.

Cabe destacar que ambos hemisferios cerebrales, si bien realizan el mismo tratamiento inicial de la información que llega de la retina, muestran una especialización en el procesamiento visual pasadas las primeras fases: el hemisferio izquierdo está especializado en el análisis categorial y semántico de los objetos percibidos, realiza un procesamiento analítico, componente a componente, de la escena visual y tiende a interpretar lo percibido en base a esquemas aprendidos. Mientras, el hemisferio derecho realiza un análisis más holístico y global de la escena visual y está más especializado en captar los detalles novedosos, las relaciones espaciales entre los diferentes objetos, y los atributos visuales específicos de un estímulo, además de relacionarse más estrechamente con los procesos atencionales. Debido a lo relevante que es para nosotros la visión, cuando una lesión afecta cualquier punto de las vías cerebrales involucradas en el procesamiento visual, desde la retina hasta la corteza estriada, en el lóbulo occipital (sede primaria de la visión) y de ahí a otras regiones corticales extraestriadas, el impacto que puede tener sobre nuestra vida cotidiana puede llegar a ser dramático.

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